Oblivion: un gran refrito de la ciencia
ficción
Es verdad que Tom Cruise provoca el desprecio de un
gran número de cinéfilos y del público en general. Su imagen de eterno
sonriente y de seguidor asiduo a la Cienciología, además de sus publicitadas
reacciones en el show de Oprah Winfrey
hace varios años, colmaron la paciencia de muchos. Pero lo cierto es que Tom Cruise
es la construcción exitista que Thomas Cruise
Mapother IV decidió diseñar para los ojos de Hollywood. Probablemente sea un
personaje para las cámaras, un relacionador público que dio una clase magistral
durante su paso por Buenos Aires, Brasil y, recientemente, China para
promocionar “Oblivion”, su último trabajo en cines. Quizá nunca sepamos
realmente lo que pasa por la mente de Tom Cruise, ya que sólo se han producido
acercamientos. Uno de ellos sucedió en el programa “Inside The Actors Studio”,
en donde el siempre excesivamente correcto James Lipton profundizó en la
infancia de Cruise y en la relación con su padre. Durante toda la entrevista se
pudo observar al protagonista de “Top Gun” controlado y algo distante. Sólo a
veces se pudo observar cierta molestia ante posibles preguntas relacionadas al
culto que sigue, pero nada más. Seguramente, Cruise tenía todas las respuestas
en su cabeza, exactas, serias y con argumentos. Algo esconde esta cuasi leyenda
de Hollywood, pero sin duda tendremos que esperar a sus biógrafos para que
revelen en el futuro quién era realmente, tal como sucedió con personas mucho
más enigmáticas del calibre de Greta Garbo o James Dean.
A mí me gusta el trabajo
de Cruise porque creo que es un buen actor, quien se caracteriza por ser
tremendamente comprometido con los papales que le ha tocado interpretar. Casi
ningún director ha reprochado su trabajo y sus colegas actores siempre han
señalado que es tremendamente generoso en los rodajes. Sí, Cruise es uno de los
actores-productores más poderosos de la industria y sus nominaciones al Oscar
han sido más que merecidas (Mejor Actor por “Nacido el 4 de Julio” y “Jerry Maguire”).
Menciono aparte su nominación a Mejor Actor Secundario por la conmovedora
actuación que realizó en “Magnolia” de Paul Tomas Anderson, quizá el rol que
más se acerca a su personalidad y dilemas existenciales.
Pero ahora me referiré a “Oblivion”,
filme que vi hace varias semanas y no sólo una vez, sino que dos veces (en dos
días diferentes, preciso). Este filme no se trata de una obra cinematográfica
imperdible, pero sí es un trabajo interesante y un aporte al género de la
ciencia ficción. Joseph Kosinski
(Tron:Legacy) logró crear algunos de los escenarios más deslumbrantes en torno
a un mundo pos apocalíptico. El diseño de arte y la fotografía (a cargo de
Claudio Miranda) engrandecen los paisajes naturales filmados en Islandia y que
aquí muestra a una ciudad de Nueva York desbastada. Es el año 2077 y nuestro
planeta quedó casi aniquilado por una invasión alienígena ocurrida hace 60 años.
La victoria fue de los humanos, si bien la Tierra sufrió graves consecuencias.
En la actualidad, los sobrevivientes fueron evacuados, quedando sólo Jack
Harper (Tom Cruise) y Victoria
(Andrea Riseborough), quienes tienen la misión de extraer los recursos hídricos
que aún permanecen en el planeta. Sin embargo, lo que parece una tarea
rutinaria finalmente se convierte en algunas revelaciones para el personaje de
Jack, situación que pone en duda la credibilidad de su misión. Hasta este punto
la historia no tiene muchos significados, salvo la sensación de pérdida que
Jack experimenta ante la decisión final que implica dejar para siempre la
Tierra.
“Oblivion”
tiene varias referencias al cine clásico de ciencia ficción. En sus escenas se
pueden encontrar grandes clásicos tales como “Soylent Green” y “El HombreOmega” (ambas con Charlton Heston, el actor de las mil caras), "Silent Running”, y “2001: Odisea en el Espacio”. Lo anterior demuestra que Kosinski es un cineasta con una extensa cultura
cinematográfica, lo que no es muy común en el cine de hoy. Dicha característica
es un valor, pero también en ocasiones implica un exceso de información,
aspecto que se puede apreciar en la innecesaria extensión del filme.
A pesar
de este tipo de detalles, “Oblivion” no sólo es vertiginosa en sus logradas escenas
de acción, sino que además profundiza en cuestionamientos más profundos sobre
la clonación, la fragilidad del ser humano, la memoria, la identidad y, en
particular, la inteligencia artificial. También hay espacio para el tema del
destino, uno de por sí bastante trágico. Estamos ante una película que aspira a
un lugar que va más allá de sus impresionantes efectos visuales, sobre todo
porque se sustenta en el tema de la extinción del ser humano a través de una
visión nostálgica. Es verdad que en ocasiones el filme se siente confuso, pero
en una segunda capa tiene matices que son muy interesantes para analizar. Los
minutos finales de Oblivion recuerdan la frialdad de la computadora HAL 9000 de
“2001: Odisea en el Espacio”, pero también grafica el momento exacto cuando se
determinó el nuevo destino de la humanidad.
“Oblivion”
es entretención en masa, pero trata de sumar algunos puntos más en su propuesta
y en su discurso. Hay escenas que destacan como la ejecución de Victoria a
manos de un dron (las máquinas que inicialmente debe reparar Jack). También se
inspira en la noticia sobre tres grandes objetos que supuestamente se estaban
acercando a la Tierra en 2012, lo que nunca sucedió por cierto. El filme, con
sus defectos y virtudes, es un pastiche visual y un refrito de lugares, historias
y momentos ya vistos, pero aun así tiene un trasfondo sobre la precariedad del
hombre, ya sea en nuestra propia Tierra o en referencia al resto del universo. “Oblivion”
es una película interesante y manipuladora, y también consta de una de las
estéticas más llamativas que se han visto en la pantalla durante los últimos
años. Ojo con el exquisito score a cargo del grupo de música electrónica francés
M83, el cual tiene varios matices que emulan las bandas sonoras de los juegos
de video que usualmente se diseñan en Japón…¡Notable!
Título Original: Oblivion / Director:
Joseph Kosinski / Intérpretes: Tom Cruise, Morgan
Freeman, Olga
Kurylenko, Andrea
Riseborough, Nikolaj
Coster-Waldau y Melissa
Leo / Año: 2013.
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