Thursday, March 21, 2013


Los Mundos de Coraline

Henry Selick filmó hace 20 años El Extraño Mundo de Jack (1993), aquella increíble historia sobre la suplantación del mítico Viejo Pascuero a manos de Jack Skellington, el mismísimo rey de Halloween. La película, hoy considerada una obra de culto, estuvo bajo la tutela de Tim Burton como productor, lo que se puede percibir a través de la estética y personajes góticos que habitan este filme en torno a la técnica stop motion y que hereda la tradición fílmica del gran Ray Harreuser. Por varios años, Selick vivió a la sombra de la genialidad de Burton, si bien gracias a “James y el Durazno Gigante” (1996) y, en especial, a “Coraline”(2009) logró demostrar sus virtudes como autor, diseñador y escenógrafo, y también una mayor profundidad en la construcción de personajes en contraposición al pastiche visual de los trabajos realizados por Burton en “El Cadáver de la Novia” (2005) y, recientemente, en “Frankenweenie” (2012).

El punto más alto en la carrera de Selick fue “Coraline”, filme basado en la obra infantil homónima de Neil Gaiman. Esta es una película clave en la combinación entre la técnica del stop motion y la utilización de efectos digitales, pero no sólo sobresale por su increíble belleza, sino también porque toca ciertas temáticas que están más alineadas al cine adulto que al cine infantil. Coraline es la nueva inquilina de los “apartamentos Palacio Rosa”, un lugar apartado de la ciudad y en donde predominan los colores grises y ocres. También es una joven curiosa, fantasiosa e intrépida que observa con cierto desdén la despreocupación y desapego de sus padres. Temáticas como el abandono, la soledad y la excentricidad son analizadas en un filme que insinúa lugares más áridos y que se relacionan con la suplantación de identidades, el secuestro y el maltrato infantil, y, en menor escala, la tortura. El filme de Selick transmite con gran inteligencia los estados anímicos de una joven protagonista que evoca la aventura y desilusión que son propias de la infancia.

Se podría decir que “Coraline” provoca una cierta obsesión visual. Su majestuosa estilización, basada en las obras del ilustrador japonés Tadahiro Uesugi, encandiló mis sentidos, pero también las diversas lecturas en torno al argumento de este filme. Hay muchos significados que se pueden apreciar en la relación entre la protagonista y sus padres, y en la excentricidad de los inquilinos de los departamentos rosa quienes son la nostalgia por el pasado, uno que contrasta con el mundo de fantasías que prefiere Coraline. Sin embargo, la característica más llamativa de la última obra de Selick se patenta en el control físico y mental de la “otra madre”, quien bajo la superficie es un ser cruel, manipulador y desquiciado, es decir, la personalidad de un psicópata carcelero.

“Coraline” es una fábula sobre el potencial peligro que se esconde, al igual que una puerta secreta, detrás de los deseos y las frustraciones. Es una verdad y un aprendizaje de la vida adulta que nos enseña a ser desconfiados y algo conformistas. A pesar de esta dolorosa lección, este filme también habla sobre la importancia de la fantasía en el sentido de incorporar a nuestra existencia cierta idea en torno a la posibilidad de mundos paralelos. Dicha noción podría ser un mero escapismo, pero también puede transformarse, tal como lo vemos en Coraline, en una convicción.

Nunca he sido padre, y probablemente nunca lo seré, pero al ver la relación entre varios papás e hijos, de conocidos y familiares, me doy cuenta que la falta de comunicación y empatía no son los únicos problemas. Hoy es necesaria la imaginación y la fantasía para entender que en la vida se experimentan miedos y angustias, los que a su vez son catalizadores de monstruos dispuestos a arrebatarnos nuestro bien más preciado: la humanidad que nos permite, al igual que Coraline, crecer y avanzar hacia otros mañanas más luminosos y esperanzadores. “Coraline” es una película para niños y, sobre todo, para adultos con el corazón de un niño indomable y aventurero. ¡Imperdible! Mención aparte al sublime score de Bruno Coulais.

Título Original: “Coraline” / Director: Henry Selick / Voces - Intérpretes: Dakotta Fanning, Teri Hatcher, Jennifer Saunders, Dawn French, Keith David, John Hodgman, Robert Bailey Jr. e Ian MacShane / Año: 2009.     

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