Hay algo fascinante cuando la
cámara de cine retrata mundos desconocidos y exóticos, más aún cuando dicho
contacto sucede en escenarios en donde abunda lo onírico y cierto estilo propio
del realismo mágico. En “Bestias del Sur Salvaje” el cineasta Benh Zeitlin se
adentra en las tierras y aguas de La Bañera, un lugar que simboliza la Norteamérica
aún subdesarrollada, primitiva y desterrada. Los habitantes de este paraíso
olvidado son individuos ajenos al materialismo. Su única posesión es la
libertad inconmensurable que tienen en un pueblo carente de horarios, orden y tecnologías.
“Bestias del Sur Salvaje” sigue
la vida y sobrevivencia de Hushpuppy, una niña de seis años que junto a su
padre deberá sobrellevar los últimos días de una identidad cultural que se
resiste a la civilización y la modernidad. A partir de la inocencia de esta
pequeña, los espectadores se adentrarán en una historia en donde la fantasía propia
de una menor se antepone a situaciones relacionadas con el abandono, el alcoholismo
y la paternidad.
Zeitlin muestra el mundo de
Hushpuppy, uno en donde los juegos y las fantasías propias de un niño van conformando
una personalidad adulta que crece en la independencia y la imaginación. La
propia simbología de los animales prehistóricos que se muestran en el filme alude
al respeto hacia esta pequeña que, en cierta medida, también representa la
perseverancia con la que hombres y mujeres habitaron en los albores de cientos
de pueblos que hicieron posible nuestra actual cosmovisión de la sociedad
moderna.
“Bestias del Sur Salvaje” es una
película difícil en las temáticas que toca, a la vez que es fascinante en su
puesta en escena. También nos habla sobre la importancia de la tierra y del
sentido de pertenencia de hombres y mujeres que han decidido vivir sus vidas en
sus propios términos. A diferencia de “Deliverance”, la obra maestra de John
Boorman en la que se muestra el salvajismo campestre de EE.UU. y la violencia
inherente a todo ser humano, en “Bestias del Sur Salvaje” lo primitivo apunta a
la simpleza y a lazos emocionales en torno a la propiedad de la tierra. La primera
obra de Zeitlin está marcada por los estragos que produjo el Huracán Katrina y
en cómo esta fuerza de la naturaleza despojó a miles de personas de los pueblos
en los que vivían.
Quvenzhané Wallis obtuvo una
nominación más que merecida al Oscar en la categoría a Mejor Actriz, pero
también los méritos de “Bestias del Sur Salvaje” van para su novel director,
quien conformó un material atípico a lo que actualmente se puede ver en el cine
estadounidense. En esta pequeña gran obra supo configurar un microcosmos de
sensaciones y colores, el cual permanece arraigado a las esperanzas de hombres
y mujeres que viven su propio edén, uno que muchos de nosotros quisiera conocer
en alguna etapa de nuestras vidas. “Bestias del Sur Salvaje” es un filme de
arte y ensayo, pero sobre todo de increíble honestidad. ¡Imperdible!
Dato cinéfilo: Aún no hay fecha de estreno para Chile, pero el filme
se puede comprar en formato blu ray y DVD. En el Persa Bío-Bío está disponible
a $15.000 original y sellado (en comparación a Providencia, cuyo valor fluctúa
en $25.000). ¡No hay dónde perderse!
Título original: Beasts of the
Southern Wild / Director: Benh Zeitlin / Intérpretes: Quvenzhané Wallis y Dwight
Henry / Año: 2012.
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