“Contagio”: miedo a lo que no podemos ver
Cada cierto tiempo el cine nos entrega historias que nos hablan del fin del mundo, ya sea a través de increíbles desastres naturales o guerras nucleares. Este último argumento proliferó en los años ochenta, lo que se comprende por el clima político en medio de los últimos capítulos de la Guerra Fría. El invierno nuclear era el epítome de la raza humana y los sobrevivientes a duras penas tenían que luchar nuevas batallas, algunas más bestiales que las anteriores en torno a las sobras del mundo civilizado (Mad Max y El Día Después de Mañana por citar algunos ejemplos).
Con el desarrollo de la “aldea global”, en medio del auge de las redes sociales y de la conectividad sin límites, el mundo se ha ido transformando en un lugar mucho más sofisticado. Aquella complejidad también ha sido transversal a filmes sobre el fin de los tiempos, siendo una de las temáticas principales la destrucción de la sociedad a manos de enfermedades y virus de extrema violencia. “Contagio” pertenece a dicha categoría, en donde el protagonista es un asesino desconocido y silencioso, el cual apenas logra ser encarado por un galardonado reparto que se debate entre la vida y la muerte en impasibles laboratorios.
Lo más interesante de la última apuesta de Steven Soderbergh, director que ha cimentado una interesante filmografía, es el “ojo clínico” de su tratamiento. Con pulso acertado y con especial cuidado en los detalles, el director de “Tráfico” muestra qué sucedería si la humanidad tuviese que enfrentar una de las peores pandemias de su historia. El filme es un ejercicio periodísitico, cuyos antecedentes se pueden encontrar en películas del estilo de la “La Amenaza de Andromeda”, obra de culto a cargo de Robert Wise. La similitud se puede apreciar en el detalle de laboratorios y procedimientos ante casos de virus de gran letalidad.
“Contagio” bien podría ser un filme de terror y, en cierta forma, no es casualidad su estreno en los días previos a la celebración de Halloween. La película tiene poca acción, pero sí toneladas de suspenso a través de conversaciones sobre un asesino invisible que en pocos días tiene la capacidad para diezmar a países del primer o tercer mundo. Omite categorías sociales y fronteras, y de paso nos enseña la vulnerabilidad de hombres y mujeres ante la posibilidad de contraer enfermedades con sólo tocar la mano de otra persona o el pasamanos de una escalera.
En ocasiones el filme se siente un poco lejano. Probablemente porque las historias de superación contra la adversidad son un poco frías. La empatía no es el fuerte de quienes están a cargo de este relato coral. Sin embargo, al final de la película se agradece la distancia hacia el sentimentalismo que generalmente suele redundar en este tipo de historias. El valor de “Contagio” está en los temas de fondo que plantea, desde el oportunismo comercial de los laboratorios médicos hasta el caos social frente a la pérdida del orden público y el difícil trabajo de quienes se dedican a inventar vacunas contra virus y enfermedades. “Contagio” es una carrera contra el tiempo que abre el debate sobre si la sociedad está preparada o no ante la aparición de nuevas infecciones. Esta realidad no es ajena para nosotros, ya que pudimos sentir en 2011 un profundo miedo ante el peak de la gripe AH1N1 o hace algunos años frente a la temida gripe aviar que azoto a gran parte del continente europeo.
La autenticidad de “Contagio” nos muestra uno de los filmes más interesantes del año. Probablemente es una de las historias más reales sobre un evento que podría convertirse en el exterminio del ser humano. Es imposible quedar indeferente, lo que pude constatar al término de la función. Casi la totalidad del público se fue en silencio. Seguramente salieron del cine pensando sobre los peligros de estrechar la mano a otra persona o al utilizar un baño público. La escena final del filme, es decir, el primer día del contagio quizá es una de las secuencias más impactantes que se han visto en años. No hay efectos especiales y sólo predominan movimientos de cámara bastante sencillos. Lo que asombra y perturba no es el lenguaje cinematográfico, sino el inicio del fin a través de una situación que seguramente hoy está sucediendo en muchas partes de nuestro endeble mundo.
Título: Contagio / Director: Steven Soderbergh / Año: 2011 / Intérpretes: Matt Damon, Jude Law, Kate Winslet, Laurende Fishburne, Marion Cotillar, Elliot Gould, John Hawkes y Gwyneth Paltrow.
Cada cierto tiempo el cine nos entrega historias que nos hablan del fin del mundo, ya sea a través de increíbles desastres naturales o guerras nucleares. Este último argumento proliferó en los años ochenta, lo que se comprende por el clima político en medio de los últimos capítulos de la Guerra Fría. El invierno nuclear era el epítome de la raza humana y los sobrevivientes a duras penas tenían que luchar nuevas batallas, algunas más bestiales que las anteriores en torno a las sobras del mundo civilizado (Mad Max y El Día Después de Mañana por citar algunos ejemplos).Con el desarrollo de la “aldea global”, en medio del auge de las redes sociales y de la conectividad sin límites, el mundo se ha ido transformando en un lugar mucho más sofisticado. Aquella complejidad también ha sido transversal a filmes sobre el fin de los tiempos, siendo una de las temáticas principales la destrucción de la sociedad a manos de enfermedades y virus de extrema violencia. “Contagio” pertenece a dicha categoría, en donde el protagonista es un asesino desconocido y silencioso, el cual apenas logra ser encarado por un galardonado reparto que se debate entre la vida y la muerte en impasibles laboratorios.
Lo más interesante de la última apuesta de Steven Soderbergh, director que ha cimentado una interesante filmografía, es el “ojo clínico” de su tratamiento. Con pulso acertado y con especial cuidado en los detalles, el director de “Tráfico” muestra qué sucedería si la humanidad tuviese que enfrentar una de las peores pandemias de su historia. El filme es un ejercicio periodísitico, cuyos antecedentes se pueden encontrar en películas del estilo de la “La Amenaza de Andromeda”, obra de culto a cargo de Robert Wise. La similitud se puede apreciar en el detalle de laboratorios y procedimientos ante casos de virus de gran letalidad.“Contagio” bien podría ser un filme de terror y, en cierta forma, no es casualidad su estreno en los días previos a la celebración de Halloween. La película tiene poca acción, pero sí toneladas de suspenso a través de conversaciones sobre un asesino invisible que en pocos días tiene la capacidad para diezmar a países del primer o tercer mundo. Omite categorías sociales y fronteras, y de paso nos enseña la vulnerabilidad de hombres y mujeres ante la posibilidad de contraer enfermedades con sólo tocar la mano de otra persona o el pasamanos de una escalera.
En ocasiones el filme se siente un poco lejano. Probablemente porque las historias de superación contra la adversidad son un poco frías. La empatía no es el fuerte de quienes están a cargo de este relato coral. Sin embargo, al final de la película se agradece la distancia hacia el sentimentalismo que generalmente suele redundar en este tipo de historias. El valor de “Contagio” está en los temas de fondo que plantea, desde el oportunismo comercial de los laboratorios médicos hasta el caos social frente a la pérdida del orden público y el difícil trabajo de quienes se dedican a inventar vacunas contra virus y enfermedades. “Contagio” es una carrera contra el tiempo que abre el debate sobre si la sociedad está preparada o no ante la aparición de nuevas infecciones. Esta realidad no es ajena para nosotros, ya que pudimos sentir en 2011 un profundo miedo ante el peak de la gripe AH1N1 o hace algunos años frente a la temida gripe aviar que azoto a gran parte del continente europeo.La autenticidad de “Contagio” nos muestra uno de los filmes más interesantes del año. Probablemente es una de las historias más reales sobre un evento que podría convertirse en el exterminio del ser humano. Es imposible quedar indeferente, lo que pude constatar al término de la función. Casi la totalidad del público se fue en silencio. Seguramente salieron del cine pensando sobre los peligros de estrechar la mano a otra persona o al utilizar un baño público. La escena final del filme, es decir, el primer día del contagio quizá es una de las secuencias más impactantes que se han visto en años. No hay efectos especiales y sólo predominan movimientos de cámara bastante sencillos. Lo que asombra y perturba no es el lenguaje cinematográfico, sino el inicio del fin a través de una situación que seguramente hoy está sucediendo en muchas partes de nuestro endeble mundo.
Título: Contagio / Director: Steven Soderbergh / Año: 2011 / Intérpretes: Matt Damon, Jude Law, Kate Winslet, Laurende Fishburne, Marion Cotillar, Elliot Gould, John Hawkes y Gwyneth Paltrow.
No comments:
Post a Comment