Monday, July 13, 2009

Planet Terror y Death Proof

Grindhouse fue uno de los proyectos más interesantes de 2007, sobre todo al considerar sus principales artífices: la dupla Quentin Tarantino y Robert Rodríguez. Se trató de un homenaje al cine Explotation, el cual es la denominación que se dio a las películas de los años 70` que se destacaban por sus tramas sin profundidad y que contenían un cóctel variado de violencia, gore, persecuciones en auto, escenas de sexo y efectos especiales de bajo presupuesto. El cine Explotation fue el principal patrimonio de productoras independientes que comercializaban filmes fuera del circuito de los grandes estudios, y que se exhibían en los autocinemas de cientos de pueblos de Estados Unidos. Por lo general, era un cine muy popular que gozaba de mucha aceptación entre los jóvenes, pero que siempre fue ignorado por la crítica hasta que finalmente tuvo su tiro de gracia de parte de los grandes estrenos y del mercado del videoclub a principio de los años ochenta.

Tarantino y Rodríguez rescatan lo mejor de dicho cine, incluso sus detalles más característicos tales como los defectos en el celuloide, reiteraciones en el audio y hasta la osadía, que aplaudo con todas sus letras, de perder algunas escenas en cada uno de sus filmes, lo que concede un sentido de autenticidad que lamentablemente se ha extraviado entre la pulcritud del cine de hoy. Al igual que en las exhibiciones del género Explotation, ambos cineastas nos presentan una función de cine doble poblada de personajes variopintos que rayan en lo cliché, pero que nunca pierden su encanto gracias a su estilo y cadencia. El cine es pura imagen, por ende mucho estilo y, en cierta medida, esas son las características que tienen en común Tarantino, Rodríguez y el cine Explotation.

La primera historia de Grindhouse corresponde a Planet Terror, que también funciona como un homenaje al cine de ciencia ficción y de terror de los 70`, y que tiene como inspiración directa el clásico de George A. Romero “La Noche de los Muertos Vivientes”. Sin embargo, se diferencia en que no pretende ser una crítica a la sociedad consumista como lo fueron las sagas mortuorias de Romero, sino un pastiche descarnado de sangre que resulta ser un deleite para los sentidos. La historia comienza con la exposición a un químico, el cual es liberado al aire por unos militares y cuyos efectos transforman a seres humanos en zombies sedientos de sangre. Qué es lo interesante hasta aquí...todo. ¿Por qué? Porque Rodríguez es capaz de articular un festín audiovisual con estrellas de los ochenta (Michael Biehn yJeff Fahey), talentos en ascensos megaestrellas como Bruce Willis que se parodia a sí mismo, actores noveles sin experiencia (los amigos de Rodríguez, entre ellos su médico personal y sus primas), íconos del celuloide (Michael Parks), cine gore que nos hace recordar los mejores tiempos de Peter Jackson, y como guinda de la torta…una streaper de protagonista que utiliza una ametralladora como pierna derecha (interpretada por la excelente Rose MacGowen, cuya caracterización nos hace olvidar su incursión en una de las series más infames del cable: Charmed).

Con “Planet Terror” Robert Rodríguez nos entrega una de sus películas más humorísticas y desenfrenadas (reminiscencias del encanto de “El Crepúsculo al Amanecer” está presente en algunas escenas. El mejor ejemplo de ello son los minutos concedidos al legendario Tom Savini). Esta fue la única cinta de Grindhouse que se estrenó en Chile, la que llegó con un retraso de casi dos años, pero que por lo menos no tuvo la mala suerte del filme de Tarantino, el que pasó directamente a los videoclubes (¡Que descaro!). Recuerdo que cuando criticaron “Planet Terror” en Wiken valoraron gran parte de sus artilugios visuales, si bien desdeñaron por su poca profundidad. Eso nos demuestra que el mal olfato de los distribuidores también se da en algunos críticos locales, quienes no logran percibir algunos filmes en su contexto o por lo que son. A Planet Terror hay que verla y comprenderla desde lo que es, es decir, un homenaje al cine Explotation con todas sus letras y en eso es más que efectiva.

El segundo largometraje de Grindhouse es “Death Proof”, la quinta película de Quentin Tarantino, la que contiene todos lo elementos tarantinescos clásicos: extensos diálogos, un banda sonora escogida con pinzas, mujeres decididas de carácter fuerte y elementos del reconocido bagaje cinematográfico de uno de los autores más aplaudidos de los 90`. A dichas características se debe agregar la astucia de haber rescatado el talento de famosos dobles de riesgo capaces de poner en movimiento escenas de persecución y de accidentes de automóviles, que en la película del autor de “Pulp Fiction” resultan ser la extensión de cintas del calibre de “Bullit”, “Contacto en Francia” y de “Vanishing Point” (uno de los íconos del cine Explotation).

En “Death Proof” el protagonista no es uno, sino varias mujeres que son acechadas por el eterno Kurt Russel, quien con casi 60 años aún se ve y camina como su personaje más famoso: Snake Plisken ( de “Escape de Nueva York”). Si hay algo que sabe hacer Tarantino es jugar con la imagen, la que pone a disposición del suspenso y de escenas con muchos diálogos que se transforman en reductos de trivialidades, y de guiños a la cultura Fast food y de temas comunes que consiguen captar la atención de cualquier tipo de espectador. Su cine nunca nos hace sentir ajenos porque tiene la capacidad de imponer mucho estilo en los lugares comunes que suele captar su cámara, para finalmente sorprendernos con su conocimiento del encuadre, lo que pocos cineastas hacen, entre ellos Martin Scorserse y Michael Mann.

Grindhouse es sorpresa y adrenalina pura porque detrás de sus cintas “Planet Terror” y “Death Proof” hay una pasión y amor por el cine tan intensa, auténtica y desprendida de cualquier atadura que nos hace sentir como niños en un circo. Sin lugar a dudas que estos filmes se transformarán en futuros clásicos, los que también servirán a nuevas generaciones para el conocimiento de la obra del cine Explotation. Autores como Rodríguez y Tarantino, a diferencia de los cientos de cineastas por encargo que existen hoy, nos recuerdan que el cine es un arte en muchas dimensiones y que tiene una historia que no sólo está sustentada en el cine clásico o en las corrientes cinematográficas europeas.

1 comment:

Unknown said...

a mi me encantaron ambas entregas, el COMBO es una buena idea y son historias realmente fantasticas.

En Death Proof, me gustaria apuntar que el personaje de Stunt Man Mike es mostrado al inicio como alguien envuelto en misterio, un hombre de pocas palabras sin reparos en su misma personalidad. Bien logrado. Sin embargo, al final de la película creo que todo esto se cae, pues es víctima de burla de un par de jovencitas sin ton ni son y el personaje pierde la escencia digamos "calamitaria" que lo hacia especial.

Creo que es de esas locuras de Tarantino que hay que estar preparados para ver o soportar, como esos dialogos infinitos en el coche.

Saudos, buenisima reseña