Friday, February 20, 2009

El Giallo en estado puro

Dario Argento ha consolidado una filmografía que podríamos considerar como un eje fundacional en el género Giallo, si bien éste fue acuñado mucho antes de la mano de Mario Bava en sus filmes “La Máscara del Diablo” y “Black Sabbath”. Sin embargo, la puesta en escena de Argento se encuentra muy arraigada en la imaginería de los cinéfilos. Cuando analizamos el Giallo lo asociamos directamente a películas como “Profondo Rosso”, “Suspiria” o “Infierno”, las que gracias a Argento lograron masificar e imponer un estilo visual y sonoro casi operático que por muchos años ha cautivado a cientos de espectadores.
Tenemos que reconocer que las historias de Argento no siempre son consistentes. Quizá el punto más débil del maestro italiano son las tramas de sus filmes, que aunque cumplen las reglas del Giallo suelen perder coherencia. En todo caso el valor de Argento se encuentra en su agudeza visual y en el haber creado preceptos propios del horror italiano. Algunos de ellos son los escenarios de ensueño, casi sacados de ambientes propios del realismo mágico, en los que la estridencia de la música consiguen una ambientación gótica que también raya en los límites del barroquismo. Al igual que Hitchcock, el director de “Ténebre” transforma los artilugios visuales y el plano sonoro en protagonistas. Adorna sus filmes con temas poco profundizados en el género de terror -brujas, cultos, violadores y personajes enajenados-, pero sin duda el gran aporte de Argento está en su teatrabilidad fílmica.
Recuerdo cuando tuve la experiencia de “Suspiria” y quedé estupefacto con sus primeras escenas. Durante días no me pude sacar de la cabeza la música del grupo Goblin y esa perturbable sensación de ansiedad que Argento logra imprimir a cada uno de sus filmes. El Giallo de por sí es crudo en sus imágenes con cuchillos deslizándose por el cuello de víctimas que chisporrotean sangre en paredes y pisos. Argento es especialista en maquetear dichas imágenes, las que ha conseguido orquestar con mayor o menor astucia, pero siempre delineadas en una realidad fantástica e impía difícil de olvidar.
Descubrir el cine de Argento me ha permitido acercarme a una de las filmografías más interesantes del cine europeo. Cuando vi una de sus cintas no pude evitar ver las demás. Creo que el origen de ese comportamiento sintomático sucede con la mayoría de los espectadores del Giallo. Es verdad que nos dejamos seducir por las escenas de gore, horrendos crímenes y violencia excesiva que resplandecen en filosos cuchillos, pero en el caso de Argento el estímulo principal se encuentra en las sensaciones que evocan sus películas, en donde la angustia, el horror y los miedos más primitivos del hombre se encuentran en una ecuación perfecta. Dario Argento es el epítome del Giallo, pero también es un universo paralelo digno de ser estudiado y disfrutado con todos los sentidos.

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