Saturday, June 10, 2006

THE SQUID AND THE WHALE

Retratar en imágenes un drama familiar puede llegar a ser una difícil misión, sobre todo al tener en cuenta que las relaciones entre padres e hijos cada día están más sustentadas y definidas tanto por el entorno social como por la cultura popular. Hoy ver la clásica escena donde discute una pareja, entiéndase por fuertes gritos, lágrimas y agresión física, no logra convencer del todo. “Kramer contra Kramer” (de Robert Benton) y “Ordinary People” (de Robert Redford) cabían dentro del molde dramático, políticamente correcto, de fines de los setenta y principios de los ochenta. Eran grandes filmes con poderosas actuaciones, las que no dejaban indiferente a sus espectadores. Pero el sufrimiento que componía el núcleo de estas obras pertenecía a un melodrama intenso, casi “cebollento” y, para lo ojos de hoy, algo ajeno a la realidad contemporánea. Desde entonces, las películas sobre familias disfuncionales han modernizado sus temáticas, profundizando en los efectos colaterales del divorcio o, por ejemplo, la muerte de un hijo (“En El Dormitorio”).
“The Squid and the Whale” trata sobre el proceso de adaptación de dos jóvenes frente a la separación de sus padres, pero también es un estudio sobre la soberbia intelectual y vicios que los adultos traspasan a sus hijos. Estamos ante un determinismo, cuyo objetivo no es más que el egoísmo transmitido de generación en generación. Los protagonistas creados por el guionista Noah Baumbach, quien además oficia como director, son personas enceguecidas por la competencia (entre los padres). Derrochan sus faltas escondiéndolas detrás de libros repletos de retórica; pensamientos sublimes de connotados escritores que no se aplican a la frágil y, a veces, insensible realidad de la familia Berkman.
Uno de los aspectos que más sobrecogen en este filme son los diálogos que desnudan con mucha naturalidad los problemas entre padres e hijos, quienes deambulan por el Brooklyn y Manhattan de mediados de los ochenta, aspecto que se apoya en el exquisito acompañamiento musical con canciones de Pink Floyd y piezas incidentales que rememoran una parte de la exploración sexual retratada en “Negocios Riesgosos” (“Risky Business”). Baumbach dirige un profundo filme tanto por sus méritos interpretativos (del subvalorado Jeff Daniels y de la siempre versátil Laura Linney) como por su lenguaje audiovisual, cuyas cimientos están en el movimiento cinematográfico de la Nouvelle Vague de los sesenta. ¡Uno de los mejores y más auténticos filmes del 2005!
Título: “El Calamar y la Ballena” (“The Squid and the Whale”) / Año: 2005 / Director: Noah Baumbach / Intérpretes: Jeff Daniels, Laura Linney, Jesé Eisenberg y Owen Kline.

1 comment:

Anonymous said...

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