
de un Perro
“Tarde de Perros” simboliza el último escalafón de la sociedad. Es el mundo de la periferia, cuyos habitantes son seres marginados, los que son desechados e ignorados por el establishment. Hace treinta años, cuando se estrenó este filme, Sydney Lumet abordó el tema del fracaso y lo impregnó del sentido derrotista propio del hombre norteamericano post guerra de Vietnam. Basado en hechos reales, la historia se centra en dos ladrones de bancos, Sonny (Al Pacino) y Sal (John Cazale), quienes son descubiertos por la policía de Nueva York durante un atraco. El motivo del robo está en conseguir dinero para pagar una operación de cambio de sexo para la pareja de Sonny.
“Tarde de Perros” es una de las obras más innovadoras de la década del 70`. La homosexualidad, el derecho de las minorías y la presencia inhumana de los medios de comunicación son algunos de los temas candentes tratados en el transcurso del filme. Lumet logra retratar la controversia, pero lo hace de un modo estilizado, sin pretensiones, donde el ritmo frenético de la cámara, en los primeros minutos de la cinta y que son más cercanos al sentido documentalista de la Nouvelle Vague, contrasta con el sentido intimista y reflexivo de las escenas posteriores. Estamos ante los 15 minutos de fama, de los que hablaba con cierta ironía Andy Warhol, que son extravagantes, irracionales y también humillantes. “Tarde de Perros” es un grito de auxilio, donde la empatía con los de más de abajo es momentánea, para dejarlos finalmente abandonados y solos como un perro callejero, maloliente y feo.
Sonny encarna la desesperanza. Es un “outsider” dentro de una ciudad cosmopolita, que suele encandilar con una libertad demasiado manoseada y mezquina. Su frustrado asalto no es más que el pretexto ideal para divertir a las masas, las que se suman a favor o en contra de sus actos dependiendo de las circunstancias. Al final comprende que lo que parecía un juego es tan sólo una cruda realidad. Otro suceso común y que a la larga será un asunto sin importancia. Apenas el recuerdo de un par de flashes y de algunos minutos en televisión.
El director de “12 Hombres en Pugna” siempre ha tratado el tema de la justicia, la que lucha por salir a flote en un sistema opresor controlado por unos pocos. A diferencia de la paranoia política-conspiradora y repetitiva de Oliver Stone, Sidney Lumet ha sabido acercarse a las dificultades del hombre común, del ciudadano, desde una perspectiva más fidedigna, en la que los poderes fácticos son controlados por autoridades cínicas y distantes.
“Tarde de Perros” es uno de los puntos culmines de su filmografía, a la que siguió otras películas notables como “Network” y “El Veredicto”. También sobresale la actuación de Al Pacino, quien abandona parte de sus coléricos y sobreactuados gritos, para profundizar en una caracterización rica en matices. “Tarde de Perros” es un filme que marcó a una generación de cinéfilos y que nos enseña que la pulcritud narrativa es más efectiva e impresionante que cualquier efectismo del Hollywood actual.
“Tarde de Perros” es una de las obras más innovadoras de la década del 70`. La homosexualidad, el derecho de las minorías y la presencia inhumana de los medios de comunicación son algunos de los temas candentes tratados en el transcurso del filme. Lumet logra retratar la controversia, pero lo hace de un modo estilizado, sin pretensiones, donde el ritmo frenético de la cámara, en los primeros minutos de la cinta y que son más cercanos al sentido documentalista de la Nouvelle Vague, contrasta con el sentido intimista y reflexivo de las escenas posteriores. Estamos ante los 15 minutos de fama, de los que hablaba con cierta ironía Andy Warhol, que son extravagantes, irracionales y también humillantes. “Tarde de Perros” es un grito de auxilio, donde la empatía con los de más de abajo es momentánea, para dejarlos finalmente abandonados y solos como un perro callejero, maloliente y feo.

El director de “12 Hombres en Pugna” siempre ha tratado el tema de la justicia, la que lucha por salir a flote en un sistema opresor controlado por unos pocos. A diferencia de la paranoia política-conspiradora y repetitiva de Oliver Stone, Sidney Lumet ha sabido acercarse a las dificultades del hombre común, del ciudadano, desde una perspectiva más fidedigna, en la que los poderes fácticos son controlados por autoridades cínicas y distantes.
“Tarde de Perros” es uno de los puntos culmines de su filmografía, a la que siguió otras películas notables como “Network” y “El Veredicto”. También sobresale la actuación de Al Pacino, quien abandona parte de sus coléricos y sobreactuados gritos, para profundizar en una caracterización rica en matices. “Tarde de Perros” es un filme que marcó a una generación de cinéfilos y que nos enseña que la pulcritud narrativa es más efectiva e impresionante que cualquier efectismo del Hollywood actual.
Título: "Tarde de Perros" (Dog Day Afternoon) / Año: 1975 / Director: Sidney Lumet / Intérpretes: Al Pacino, John Cazale, Chris Sarandon y Charles Durning.
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