Friday, December 09, 2005

Suspenso de Mentira


Nadie puede discutir que Jodie Foster es y ha sido una de las mejores actrices de los últimos 20 años. Su promisorio debut en “Taxi Driver”, en 1976, la dio a conocer al público como un talento precoz, logrando ponerse al mismo nivel que su copratogonista, Robert De Niro. La doble ganadora del Oscar supo dejar huella. Sus interpretaciones en “Acusados” y en “El Silencio de los Inocentes” la sindicaron como la nueva Meryl Streep. Además, la fundadora de la productora Egg ha incursionado con éxito en la dirección. “Mentes que Brillan”, su primer largometraje, tuvo buena recepción de parte de la crítica, debido a la historia de un niño genio. La propia Foster reveló que basó su cinta en algunos aspectos autobiográficos. Todo esto aumentó el aura de misterio que siempre ha rodeado a la intérprete, a lo que se suma sus estudios en la prestigiosa Universidad de Yale. La protagonista de “Nell” es un caso atípico dentro de Hollywood, debido a su preparación universitaria y a su alto nivel intelectual; cualidades que han intimidado al mismísimo Mel Gibson con quien trabajó en “Maverick”.
Pero Foster cada vez actúa menos, ya que estrena un filme cada dos o tres años. En las entrevistas, que rara vez suele conceder a los medios, ha señalado que está cansada tanto de la industria como del trato farandulero de los tabloides. Tales motivos la han obligado a conservar un bajo perfil. Su última cinta fue “La Habitación del Pánico” (2002), si bien tuvo una pequeña participación en “Amor Eterno” de Jean-Pierre Jeunet, en 2004. Este año Jodie Foster vuelve a las pantallas con “Plan de Vuelo”. Lo que prometía ser un thriller estilo hitchkoniano termina por convertirse en una obra fallida, casi ridícula que colinda con situaciones inverosímiles.
El cine suele vender mundos extraños y mágicos. Sin embargo, nos creemos el cuento, ya sea el que proviene de una saga como “El Señor de los Anillos” o de las motivaciones sexuales y corporales del cine de Cronenberg. En cambio, con “Plan de Vuelo” todo parece tan de mentira. El argumento sobre una madre que pierde a su hija en un gigantesco Boing comercial pudo haber resultado si todo se hubiese tratado de un capítulo de la Dimensión Desconocida, lo que lamentablemente no es así. El suspenso se basa en la expectación, en la creación y utilización de los ambientes y en la ansiedad de los propios protagonistas. Después de la paranoia del 11/9, donde la industria aeronáutica tuvo su peor momento, “Plan de Vuelo” podría haber tenido mejores pilares donde sustentar su carga dramática. Algo de eso hay, pero no lo suficiente. El filme parte bien y el director alemán Robert Schwentke consigue imprimir profundidad narrativa en las primeras escenas. El problema surge cuando estamos encerrados en el avión. Éste emprende vuelo, mientras que la película, a medida que nos acercamos al final, se desinfla con rapidez y cae estruendosamente a tierra. Hay un par de buenas escenas de acción, pero la trama resulta demasiado enmarañada. En el cine de suspenso los motivos a veces no importan mucho. En “Plan de Vuelo”, cuya flaqueza es el suspenso, los motivos son ridículos, pero más aún la carencia de dificultades para el villano y el hecho de que desaparezca una niña sin que ningún pasajero se haya dado cuenta. Estos son los hechos que más incomodan y que pueden llegar a irritar al espectador, los que pueden sentirse subestimados con la trama. Eso es lo más grave del filme de Schwentke. Además, el final se empapa en actitudes heroicas acompañadas por la música incidental, a estas alturas, empalagosa, carente de inventiva y oscarizada de James Horner (“Titanic”).
“Plan de Vuelo” hubiese tenido mejor suerte al no desaprovechar secundarios como Sean Bean o al habérsela jugado por un final más oscuro. La fatalidad pudo haber salvado a esta película. Sin embargo, no fue así. Ni siquiera el pedigrí interpretativo de Jodie Foster pudo evitar la destrucción del avión.
Título: Plan de Vuelo (“Flighplan”) / Año: 2005 / Director: Robert Schwentke / Intérpretes: Jodie Foster, Peter Sarsgaard, Erika Christensen y Sean Bean.

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