Saturday, November 26, 2005

¿Sólo amigos o...?



Creo que la comedia romántica que más me ha marcado ha sido “Cuando Harry Conoció a Sally”. Desde que se estrenó en 1989 la he visto, si bien recuerdo, más de cincuenta veces. Si la pasan por el cable, aunque esté haciendo otra cosa, me quedo pegado ante el televisor. Incluso, en momentos de melancolía no dudo en poner el dvd de la más célebre cinta de Rob Reiner. Es casi como un hechizo, ya que la historia entre Sally y Harry no pierde vigencia. Además, ¿qué ser humano sobre este planeta podría resistirse ante el encanto y la complejidad del personaje interpretado por Meg Ryan? Pero la fascinación por este filme también se relaciona con la veracidad y la honestidad de sus diálogos, donde se revelan una serie de secretos y situaciones típicas que se producen entre un hombre y una mujer.

“Cuando Harry Conoció a Sally” parte de la idea de que hombres y mujeres no pueden ser amigos, ya que, tarde o temprano, llega el momento en que se produce una relación más íntima; que termina por transgredir el límite de la mera fraternidad. Sin embargo, este punto de partida es sólo el puntapié inicial que da a conocer una serie de otros significativos elementos propios de una relación sustentada, durante años, en el entendimiento, el compañerismo, la admiración y el
respeto.

A lo largo de nuestras vidas nos volvemos a topar con determinadas personas. A veces sólo basta una mirada para saber que hay una conexión con la mujer que tenemos al frente, si bien aquel vínculo puede tomar mucho tiempo, tal vez años, en desarrollarse. Sin embargo, el precedente queda y eso es lo que sucede entre Harry y Sally. Se conocen, se caen mal, se hacen amigos, se odian y finalmente acaban casándose. En todo este camino se destapan las singularidades tanto de las mujeres como las de los hombres. Las primeras colindan con la autoafirmación, que por lo demás no es cierta, de que están bien después de un fracaso amoroso. Sally es obsesiva, inteligente e intuitiva. Ocupa gran parte de su tiempo en edificar un castillo impenetrable de fortaleza y coraje, pero en el fondo sólo desea que la abracen, que la besen con ternura y que la escuchen. En cambio, Harry se muestra más perturbado ante la pérdida afectiva. Esconde el fracaso y la pena en el parafraseo y en el sexo sin amor, si bien la bandera oficial de su derrota es el miedo al compromiso.

La idea de que hombres y mujeres no pueden ser amigos no es absolutamente un cliché. Quizá en la práctica pueda suceder que ambos sexos puedan compartir durante años y formar una relación fraterna, sin que ésta caiga en las redes de algo más serio. Pero todos los hombres nos hemos preguntado alguna vez, ¿qué pasaría si...? o hemos mirado a alguna amiga con otros ojos, aunque esto haya sido sólo un pensamiento efímero. Lo mismo se aplica a las mujeres, a quienes también se les ha cruzado por la mente ideas semejantes.

Reiner, cuya otra gran obra intimista es “Cuenta Conmigo”(1986), se mueve bastante cómodo por el género de la comedia y del romance, aunque su principal mérito está en saber estructurar una historia que podría haber resultado repetitiva en manos de otro director. “Cuando Harry Conoció a Sally” está repleta de escenas que son casi de antología -El orgasmo fingido de Sally es probablemente la más recordada-, además de habernos presentado a una pareja protagónica que se echa de menos en la pantalla (Crystal y Ryan).

El realizador de “Misery” filmó una película que hoy en día es considerada como un clásico contemporáneo, la que sentó cátedra para otras comedias románticas venideras y que proyectó una de las historias de amor más sublimes de fines de los ochenta.
Título: Cuando Harry Conoció a Sally (When Harry Met Sally) / año: 1989 / Director: Rob Reiner / Guión: Nora Ephron / Intérpretes: Billy Crystal, Meg Ryan, Carrie Fisher y Bruno Kirby.

1 comment:

Pau said...

Coincido contigo: cada vez que dan esta película, me quedo pegada al televisor. Es que es todo un clásico y tiene diálogos que son memorables.
Saludos.