Sunday, February 06, 2011

“The Office”

El debut de Michael Scott en “The Office”, el 24 de marzo de 2005, podría ser considerado como la arremetida del submundo de las oficinas corporativas en la televisión occidental. Sin restarle importancia a la versión original del inglés Ricky Gervais -quien también es productor ejecutivo de la edición estadounidense-, “The Office U.S.” ha conseguido captar la esencia del trabajo diario que se experimenta en una oficina. Obviamente todo este universo de cubículos y reuniones innecesarias está retratado en tono de comedia, si bien deja entrever unas cuantas verdades que suelen experimentar millones de trabajadores en todo el mundo.

En cada capítulo de esta serie somos testigos, en formato docureality, del día a día de los trabajadores de la compañía papelera Dunder Mifflin, específicamente de la sucursal de Scranton. Sin duda, uno de los aspectos notables de esta serie está en sus protagonistas. Algunos de ellos son más caricaturescos que otros, si bien todos representan arquetipos que son propios de las oficinas de cualquier rubro.

En alguna medida, todos nos hemos topado en nuestras oficinas con compañeros de trabajo incompetentes y que pierden el tiempo en constantes nimiedades. También nos ha tocado enfrentar situaciones absurdas e incómodas con clientes y que de una u otra forma provienen de la ausencia de criterio y sentido común. “The Office” aglutina todas estas situaciones y experiencias, y de pasada se hace cargo del sin sentido que puede prevalecer en un lugar de trabajo.

Michael Scott puede ser considerado el tipo con menos criterio del planeta, cuyos comportamientos se sustentan en su inseguridad, egolatría y búsqueda constante de aceptación. Pero a pesar de sus faltas, uno no puede quedar ajeno a cierta sabiduría inconsciente detrás de sus actos. No siempre sucede, pero quien observa con detención la serie podrá apreciar que las acciones de Michael Scott y de sus empleados pueden servir de ejemplo para cualquier taller de habilidades comunicacionales o de crisis corporativa (más para ejemplos malos que buenos). Cada capítulo de “The Office” se basa en situaciones exageradas, pero que igualmente son totalmente verosímiles.

Cuando veo “The Office” me es imposible no asociarla a personas que he conocido en mi trabajo o bien a situaciones que me ha tocado enfrentar en mi vida laboral, ya sea con mis compañeros o clientes. Por ejemplo, una vez me ascendieron al mismo cargo dos veces (situación incomprensible e hilarante) y en otra ocasión tuve una jefa que decía que Los Simpson eran la encarnación del mal. Por estas razones o coincidencias entre ficción y realidad, considero que “The Office” es una de las series a las que más le tengo cariño porque es demasiado cercana y real. Dunder Mifflin podrá ser un caos, un cóctel de infinitas carcajadas y momentos embarazos, pero a quién no le gustaría trabajar en un lugar así de loco y divertido durante unas semanas. Michael Scott es irresponsable y poco acertado en sus decisiones, pero finalmente es el líder de una oficina repleta de personajes entrañables.

Nunca me había reído u obsesionado tanto con una serie. Los capítulos están muy bien escritos y resueltos, y cuando te enfrentas a la experiencia de ver una temporada completa, lo único que deseas es seguir viendo las aventuras de Michael y compañía. A lo anterior se suma la cualidad del docureality, que aunque en este caso sea simulado logra incrementar la complicidad entre los protagonistas de la serie y el espectador.

Cómo no dejar de reír con las excentricidades de Dwight, la turbiedad de Creed, los arrebatos de Michael, la ira de Andy o la rigidez de Angela. Tampoco podemos quedar ajenos a la relación entre Pam y Jim, quienes han cimentado uno de los romances, y en esto coincido con otros fanáticos de la serie, más auténticos de la televisión por cable (legendario es el capítulo del matrimonio).

Cuando pienso en “The Office” recuerdo al instante cada uno de sus capítulos. El simulacro de incendio de Dwight, los premios dundies, la quiebra de Dunder Mifflin, el fugaz éxito de Ryan, la partida y retorno de Toby Flenderson, el día en que Michael atropella a Meredith y tantos otros momentos que con sólo recordarlos me producen una gigante sonrisa en el rostro.

“The Office” es un evento social que hoy ya tiene su sitial en la cultura pop. Vale la pena ver esta serie por sus infinitas cualidades, entre ellas, el notable trabajo de Steve Carrell como Michael. A título personal considero que esta es la mejor serie cómica que he visto en años y uno de los grandes aciertos de la televisión estadounidense. Quien vea un capítulo de “The Office”, estoy seguro, no quedará ajeno a esta espectacular y absurda experiencia.

Título: The Office / Intérpretes: Steve Carrell, Rainn Wilson, John Krasinski, Jenna Fischer, B.J. Novak, Leslie David Baker, Brian Baumgartner, Angela Kinsey, Phillys Smith, Kate Flannery, Mindy Kaling, Creed Bratton, Oscar Nuñez, Paul Lieberstein, Ed Helms, Carig Robinson, Melora Hardin, Amy Ryan y Ellie Kemper. / Temporadas: 1-2-3-4-5-6-7 / Estudio: NBC – Universal.

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